NO SE PUEDE MÁS CON… Carmen Sereno

Ya sabemos que la primavera la sangre altera pero creo que en este 2019 ese dicho va a cobrar mucha más importancia de la mano de la autora que hoy nos acompaña.

Carmen Sereno ha entrado pisando fuerte en la romántica contemporánea de la mano de Chic con su Maldito síndrome de Estocolmo.

A estas alturas todo el mundo te conocerá, pero para las despistadas que andan por ahí, ¿Quién es Carmen Sereno? ¿Qué te llevó a presentarte al I premio Chic?

Soy periodista de profesión, natural de Barcelona, tengo 36 años y mucho sentido del humor. Así, a grandes rasgos, me considero una persona sumamente curiosa, una viajera incansable y una soñadora sin remedio. Hace un par de años decidí dejarlo todo para poderme dedicar exclusivamente a mi gran sueño de ser escritora.Tenía el runrún de una historia en la cabeza y me puse a escribirla. Mucho tiempo y esfuerzo después, salió Maldito síndrome de Estocolmo. Cuando vi la oportunidad de presentarme al I Premio Chic, no lo dudé. Aunque la verdad es que jamás llegué a imaginarme que el inicio de mi carrera literaria sería tan magnífico.

-¿Cómo se gesta la trama de Maldito síndrome de Estocolmo? (A parte de tener a Alexander Skärsgard en mente como muso)

Maldito síndrome de Estocolmo es una historia que no podía no contar porque, en el fondo, es una mezcla de muchas cosas personales: mis propios miedos, mis pasiones, mis reflexiones, mis anhelos, mi forma de entender el mundo y sus engranajes… Pero también es verdad que la idea inicial tiene poco que ver con la novela que hoy conocemos. Por poner un ejemplo, Eric Grau era aún más cabronazo y Ana Luna, aún más rebelde, así que, figúrate (risas). Pero, eso sí, la imagen de Alexander siempre ha estado en mi cabeza representando al personaje de Eric porque no podría ser de otra manera.

-Tengo entendido, si no recuerdo mal, que buscas casi que el título lo primero teniendo la trama en mente… ¿Cómo funciona el cerebro escritor de Carmen Sereno?

Es verdad. Me cuesta mucho desarrollar una historia si no tengo antes un título, porque, a mi juicio, ahí es donde reside la esencia de la narración. Sin título, me siento un poco huérfana. Como escritora (y también como periodista), reconozco que soy bastante meticulosa. Con el tiempo, he aprendido que la planificación es básica para sacar una novela adelante. Cuando me acuerdo de lo caótica que era al principio, me llevo las manos a la cabeza. También soy muy exigente conmigo misma. Podría decirse que casi nunca estoy conforme y, por eso, lo que yo hago, más que escribir, es reescribir continuamente.

¿Dónde  crees que reside el éxito de esta novela? Y ¿a qué tipo de lectores está destinado?

Uy, pues igual eso deberías decírmelo tú misma (risas). Humildemente creo que, a pesar de la ficción y de los clichés, esta historia, en el fondo, es muy realista y está contada de una manera muy cercana. Creo que cualquiera puede verse reflejado en las vivencias de los personajes o sentirse identificado con muchas de los temas que contiene el libro porque son universales. El miedo al fracaso, los prejuicios, las convenciones sociales, el orgullo, las jerarquías que imperan de forma tácita o no en nuestra sociedad, la naturaleza humanamente contradictoria, y, por supuesto, el amor, visto desde fuera y desde dentro. Siempre digo que Maldito síndrome de Estocolmo es muchas novelas en una. Está la puramente romántica, pero también la más crítica y reflexiva y eso hace que puedan leerla de igual forma tanto los que son asiduos del género como los que no, ya sean mujeres u hombres.

-¿Cómo fue la ardua tarea de documentarse para esta novela?

No fue lo más duro, pero sí lo más laborioso. Tuve que leer bastantes artículos, hacer preguntas incómodas, alguna que otra entrevista y tragarme unos pocos documentales sobre la mala praxis de la industria farmacéutica. No pretendía escribir un ensayo, ni mucho menos, pero partir de cero con la máxima información posible es fundamental para dotar al relato de mayor credibilidad y solidez y hacerlo más inteligible.

-¿Eres de las que lleva un bloc de notas siempre encima por si te viene la inspiración o por el contrario necesitas un espacio  y un momento determinado?

Sí, siempre llevo uno a mano por si me asalta alguna idea. Suelo anotar palabras o frases que oigo o leo por ahí y que me llaman la atención por la razón que sea. De todas formas, no creo mucho en la inspiración. Creo en la perseverancia, en el trabajo duro. Para escribir novelas, más que inspiración, lo que hace falta es tener una disciplina espartana. Sentarse a escribir a diario sin romper el proceso narrativo. Y ser humilde. Lo primero que sale no tiene por qué ser bueno ni definitivo, he ahí la importancia de releer y reescribir el texto. La verdadera novela aflora después de mucho trabajo de edición y enfriamiento.

-Háblanos de Eric Grau, quién es y de dónde surge el apodo “Iceman”.

Eric Grau es muchos hombres en uno y por eso representa un personaje complejo de crear y algo difícil de asimilar. O lo amas o lo odias, no hay término medio con él. Entiendo la animadversión que despierta en algunas lectoras porque lo ven excesivamente controlador, mandón, posesivo y un poco veleta. Pero Eric, en realidad, no es malo. Lo que le ocurre es que está desbordado, sobrepasado por las circunstancias y marcado por su propia historia. Tiene mucho con lo que lidiar, por fuera y por dentro. Por eso actúa como un hombre frío y algo cruel la mayoría de las veces, es una especie de mecanismo de defensa. Pero, ay cuando se quite la coraza… ¡Ay! Para crear a Iceman, me inspiré en el personaje del sargento Brad Colbert que interpreta Alexander Skarsgård en la serie Generation Kill. El Iceman de la serie es un tipo frío y duro en apariencia, pero al final se revela como un ser humano cálido, muy sensible y que ha sufrido por amor. ¿Te suena? (guiño).

-Ana Luna despertó enseguida mi empatía y más cuando leí que decía “No se puede…” refiriéndose a Eric. ¿Has puesto algo de ti en ella? ¿Supone un reto hacer una protagonista que ama a alguien que representa lo que detesta?

Hay muchísimo de mí en Ana Luna, pero también en Eric (el físico portentoso y la cuenta corriente no, por si alguien se lo está preguntando). Los dos son fuertes y frágiles a la vez y esa es la verdadera contradicción que marca el camino de lucha interna por el que fluye la novela. ¿Resistir o ceder? Es una pregunta que bien podrían hacerse cualquiera de los dos. No me ha resultado difícil crear un personaje tan sentimentalmente contradictorio como Ana Luna porque nuestra propia vida está llena de pequeñas luchas, contradicciones, concesiones y rendiciones.  

-Ambos protagonistas luchan contra sí mismos tanto a nivel personal como a nivel profesional ¿Es un reflejo de la situación actual del mundo? ¿El dinero lo cambia todo?

Creo que es un reflejo del alma humana, más bien. Las luchas internas existen desde que el hombre se reveló como un ser inteligente que piensa y progresa, no es patrimonio de este siglo. Pero sí que es cierto que la desigualdad social que impera hoy día fomenta el descrédito, la frustración y la rebeldía. Ana forma parte de ese 99% del tejido social llamado clase media o baja y, además, su juventud exalta ese inconformismo irreverente y contestataio. Eric, en cambio, forma parte del 1% que domina el mundo. Es un tipo con poder y dinero. Todos sabemos que el poder y el dinero son factores muy erotizantes, pero cuidado. Cuidado porque ni Ana es una chica materialista que se haya visto deslumbrada por el brillo del oro, ni Eric es un hombre que lo solucione todo a golpe de talonario. 

-En tu novela, las escenas de sexo son intensas tanto por lo que son como por lo que sienten ambos y tú narras tan bien. Normalmente las mujeres hablamos sin tapujos de sexo y de los hombres cuando estamos en “petit comité” pero luego algunas quizá somos críticas con respecto al sexo que se plasma en los libros ¿crees que es por miedo a ser etiquetadas negativamente o esos tapujos van más ligados a la cultura, educación…?

Creo que el sexo, tanto en la literatura como en la vida, es cada vez menos un tema tabú, por suerte, pero todavía hay mucho trabajo que hacer. A veces, nos sorprende y hasta nos incomoda leer una escena en la que una mujer se masturba, por ejemplo. O en la que participa en un trío. O en la que tiene un encuentro lésbico. Y, desde luego, en los libros no hay tantos personajes femeninos de “seductoras” como de “seductores”, por decirlo de una forma fina, porque quizás eso no sería lo socialmente aceptable. La literatura es un reflejo de la vida, de lo que somos y de cómo nos comportamos en sociedad.

-¿Crees que una relación basada inicialmente en el sexo puede acabar en amor?

Sí, ¿por qué no? El amor no es una ciencia exacta, por suerte. No es un espíritu que tiene que manifestarse a la fuerza cuando se lo invoca jugando a la ouija. Es algo puramente químico y muy personal, cada uno lo vive de una forma distinta, en circunstancias distintas.

-¿Qué ha sido lo más divertido de escribir MSDE?

La creación del personaje de Dani, sin duda alguna.

Preguntas rápidas:

-Algo que NUNCA saldrá en tus novelas.

Uf. Me da miedo responder a esta pregunta. Te diría que una canción de reguetón, pero nunca se sabe.

-Algo que SIEMPRE saldrá en tus novelas.

Romance. Da igual del género que sea la novela, pero yo necesito que haya romance porque el amor es el motor universal que mueve el mundo.

-Canción que más veces has escuchado mientras escribías.

Cold little heart, de Michael Kiwanuka, que es la que pone Eric la primera vez que Ana Luna se sube a su coche, y Somewhere only we know, de Keane, que es la que suena cuando se ven en la fiesta de disfraces de Roma.

-Lo mejor y lo peor que te han dado las RRSS.

Las personas, para bien y para mal.

-En el amor NUNCA…

Tienen que haber imposiciones. Cada uno tiene que poder sentirse libre de amar a su manera.

-En el sexo SIEMPRE…

Hay que escuchar y observar al otro.

-La primera persona que lee mis libros es…

Mi marido.

-Se ha creado una gran expectativa para la segunda y última entrega de MSDE ¿No te da un poco de vértigo?

Muchísimo vértigo. El miedo a no estar a la altura o a decepcionar a los lectores me acompaña todo el tiempo, pero es algo con lo que tengo que aprender a convivir. Me quedo con que he escrito una historia directamente desde el corazón y creo que eso va a verse reflejado en cada página del libro.

¿Qué encontraremos en este nuevo libro que nos puedas contar?

Es una novela muy muy intensa en la que asistiremos a un renacer espectacular de los protagonistas. Y hasta aquí puedo leer (guiño).

-Sabiendo lo que significa para mí la expresión que da título a esta sección,  ¿A qué dices tú, NO SE PUEDE MÁS?

No se puede más con los suecos. Bueno, con los escandinavos en general. En serio, qué derroche de belleza (suspiro).

-Para terminar, me gustaría pedirte que nos leyeras un extracto de la novela. El que más te guste, el que creas que refleja el sentir de los protagonistas o quizá si quieres adelantarnos algo de la segunda entrega no te diremos que no…

Gracias por esta estupenda entrevista, Carmen. Aquí en Romanticamente, tienes tu casa.

Mysticnox

14 comentarios

  1. Estupenda, estupendas. Qué sorpresa!!!
    muassss

  2. Qué guay!!! Una entrevista muy chula, sí señora!! Besos. :*

  3. Muy buena entrevista Noe, tengo pendiente el libro de Carmen, a ver cuando puedo leerlo,

  4. Está mal que lo diga yo, que soy la entrevistada, pero me ha gustado mucho cómo te ha quedado. ¡Felicidades!

  5. Maribel (Vanedis)

    Muchas gracias a las dos por la entrevista! Aun tengo pendiente conocer a Eric y espero que ese hombre de hielo acabe derritiéndome, jajaja! Por cierto que apoyo la moción para que el Reggeton no tenga cabida en sus historias!
    Besos!

    • ¡Anímate y conoce ya a Eric, Maribel!
      Quizá exista un reggetonero que nos ponga las pilas algun día jajajajajajajajajajajajajaja

      Un besooooo

  6. ¡Muy buena entrevista, chicas! Yo como siempre, en la pomada, enterándome de todo según sale, ahí, al vuelo . En fin, muy buenas preguntas y muy buenas respuestas, un placer.

  7. No se puede más con lo idiota que soy!!! Me acabo de acordar que estaba escribiendo el comentario de esta entrada, se bloqueó el ordenador y nunca más volví para rematar la faena…
    Venga, repetimos XDDD

    El muso de Carmen es un gran muso, es EL muso XDDD
    Eso de amas u odias al prota me da miedito, jaja, a ver si lo voy a odiar y me hacéis unfollow! XD
    Es cierto que plasmar el sexo en los libros es «complicado» para que sea apto para tod@s los lectores, los hay más esquisitos que otros.
    Jajaja, una canción de reguetón dice, me parto XDDD

    Buena entrevista chicas!!! ^^

    Muuuaks ;-****

  8. ¡Ay Vero!

    El muso es EL MUSO jajaja. Te va a encantar que lo sé por diorr no tardes en leerlo.

    Un besooo

Comentarios:

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