He llamado la atención de un monstruo.
Yo no lo he buscado.
Ni siquiera lo he visto venir.
Y, cuando por fin me doy cuenta, ya es demasiado tarde.
Killian Carson es un depredador envuelto en el más sofisticado encanto.
Una persona fría, manipuladora y cruel.
Lo peor de todo es que nadie ve su lado malvado.
Pero yo sí.
Y eso me costará todo lo que tengo.
Huyo, pero ¿sabéis qué pasa con los monstruos?
Que siempre te persiguen.
Mi opinión
Me estoy volviendo una gran fan del Dark romance. Creo que está bien experimentar si somos capaces de empatizar o por lo menos soportar a los personajes que protagonizan este subgénero. Soy una lectora muy tolerante y abierta de miras en cuanto a personajes que, en lo que a moral se refiere, caminan por el filo de la navaja y creo que cada vez las disfruto más porque nos ofrecen otros puntos de vista que a veces ni osaríamos plantearnos.
Al abrir el libro nos encontramos con una advertencia de la autora sobre la lectura y me parece un acierto, no es una historia para todo el mundo así que si os adentráis en ella pensad que podéis encontrar cualquier cosa que ponga a prueba vuestros límites y zona de confort.
La historia de God of malice se desarrolla en el ambiente universitario de Brighton y se nutre de la enemistad entre la universidad inglesa y la americana. Pero no es una simple rivalidad en cuanto a deportes sino que va más allá. La mafia se encuentra tras muchas de esas familias que llevan a sus hijos allí y financian esas universidades así que hay que estar preparada para todo.
Glyndon King es alumna de la parte inglesa. Estudia bellas artes pero tener una madre pintora mundialmente reconocida no juega en su favor y su autoestima es muy frágil. Pasa por momentos muy duros ya que todo apunta a que su amigo Devlin se ha suicidado tirándose por un acantilado al que ella acude porque se siente muy triste pero aparecerá Killian Carson y nunca nada será como antes.
Esto ocurre en las primeras páginas y son realmente impactantes. Puede que haya mucha gente que haya decidido dejar la lectura en ese momento, y es totalmente comprensible, aunque si lo han hecho se han perdido una buena historia.
Nos encontramos ante una relación tóxica a todas luces. Comentarios, actos… cualquier cosa hace saltar las alarmas mientras estás leyendo pero todas estas situaciones parecen tener un trasfondo que la autora nos va marcando a su ritmo. Confieso que he leído con un ojo abierto y otro cerrado esperando la siguiente burrada de Killian (por decirlo suavemente). Este personaje masculino ni tiene empatía, ni sentimientos ni honor ni nada que se le parezca. Actúa por impulsos aunque los controla en la mayoría de ocasiones y eso es lo sorprendente de esta novela. La autora juega con el lector llevándolo más allá cada vez, presentando a un personaje que de ser real nos pondría los pelos como escarpias. Sin embargo tiene cualidades, aunque no lo parezca. Es observador, tiene una mente rápida y analítica y comprende muy bien qué hay bajo la imagen que las personas proyectan, así que a su retorcido modo, las entiende. Como supongo que imaginaréis, Glyndon es opuesta a él, por lo menos en la superficie, y siempre intenta hacer que la gente se sienta mejor aunque eso juegue en su contra y le impida mostrarse como es.
Al estar narrado a dos voces sabemos la verdad de Killian y aunque ni él mismo comprenda sus propios actos, los hace por un motivo que no es otro que aplacar un deseo que tiene nombre y apellido: Glyndon King. Al principio ambos quieren huir el uno del otro pero una no lo consigue y el otro ni lo intenta. Los diálogos entre ambos son muy importantes para esta historia tanto por lo que se dicen como por lo que se discierne de ellos. Como también los son todas y cada una de las escenas sexuales que suceden en el libro y hay unas cuantas. Cada una más subida de tono que la anterior pero creo que van al ritmo de su relación. Se vuelven más intensas, apasionadas, brutalmente sinceras y crudas a medida que avanzamos. Killian se muestra muy dominante, cosa muy propia de un personaje como él, pero también tiene una explicación.
Él es sin duda el peor personaje que he conocido y sin embargo Rina Kent ha conseguido que le adore literariamente y que me haya enganchado a su páginas solo para descubrir cuán ágil es la mente de este depredador y cuán hábil puede ser la mente de una presa que en el fondo no quiere huir. Ambos personajes protagonistas me han gustado mucho: su historia, cómo se relacionan y cómo poco a poco consiguen que el otro cambie y se de cuenta de que sí se tienen sentimientos y de que va siendo hora de alzar la propia voz.
Lo que me ha gustado menos es como se resuelve la trama del suicidio. Se arrastra durante toda la novela (en parte porque entiendo que es una novela iniciática de la que saldrán muchas parejas incluidas las de los padres) y aunque al principio tiene su importancia se va diluyendo en favor de la interacción de los protagonistas para al final resolverse de forma apresurada.
Sea como fuere la he disfrutado muchísimo y espero que pronto tengamos más entregas de esta serie porque prometen muchas historias interesantes.
No se si es la mejor novela para adentrarse en el Dark romance pero si ya habéis leído otras y este subgénero os atrae, os la recomiendo encarecidamente
Mysticnox
Muy buen post Noe. Que bien lo hemos disfrutado leyendo. Me ha encantado