Todos tenemos hambre El más alto empezó a morder el muslo de la joven, arrancando grandes bocados de la tierna carne. El otro, bastante mayor y enjuto, seguía royendo lo que quedaba de brazo. Fuera, una veintena de muertos vivientes golpeaban las puertas, asomándose por los pequeños huecos que había en la madera, mientras proferían gruñidos e intentaban acceder a la cabaña. …
Leer más »![](https://www.romanticamente.es/wp-content/uploads/2015/09/Aprendiz-cuervo-660x330.jpg)