«Misión hippy» Capítulo 10

En los brazos de Nico se sintió incómoda, lejos de reconfortada y mimada se encontraba totalmente fuera de lugar. No obstante, no se apartó. Miró a Martín y pudo ver lo molesto que  estaba, como apretaba la mandíbula y pegaba los brazos a sus piernas intentando contenerse. Zoe estaba segura que si volviera a hablar con el superior de Martín este la dejaría salir sin “escolta”, pero viendo la reacción del alférez no se pudo negar la satisfacción de la revancha. Subió los brazos, rodeó el cuello del italiano y le susurró al oído palabras tranquilizadoras que llevaban una promesa implícita.

Martín contó mentalmente hasta diez, veinte, treinta y casi cuarenta mientras veía a Zoe en los brazos del “Caro mio”. El italiano era un pulpo, las manos se movían por la espalda de ella y bajaban peligrosamente hasta el límite dónde esta perdía su nombre. No estaba dispuesto a consentir que delante de sus narices se propasara. Ni detrás tampoco.

—No tengo todo el día, señorita de la Prada.

Al apartarse Zoe de Nico, pudo ver la expresión del italiano. Lucía una sonrisa de satisfacción inversamente proporcional a las ganas de Martín de borrársela.

—Va Benne, no hay problema en que venga con nosotros.

—Por si no se ha dado cuenta, no le estaba pidiendo permiso. —Dijo Martín.

—Estupendo, todos de acuerdo —Zoe cogió a Nico de la mano y salió del despacho emocionada—. Tenemos mucho de lo que hablar. Tengo que contarte tantas cosas…

—Amore, será un piaccere. Ma non solo hablar espero…

El alférez soltó un bufido y salió del despacho tras ellos con las llaves del Mercedes CLK en la mano.

Al llegar al aparcamiento tendió la llaves a Zoe pero ella las rechazó.

—Será mejor que nos lleve usted, alférez. Así mi amigo y yo podemos sentarnos detrás y ponernos al día.

…