El profesor de baile de la señorita Seymour de Eleanor Rigby

Sinopsis

Romola Seymour tiene los mismos objetivos que una joven de su edad y condición: perfilar sus modales para convertirse en una dama, y encontrar un marido en Londres. Y, si bien sus rarezas y falta de habilidad van en contra de ella, no será esto lo que trunque su idea de compromiso, sino un hombre particular.

Edward Hastings no solo se ve obligado a trabajar como profesor sustituto en la Escuela de Señoritas de lady Acton, sino que, encima, debe lidiar con lo que despierta en él una de sus alumnas: el deseo de volver a ser el muchacho que fue. Ese espíritu enamoradizo que perdió a la vez que la inspiración musical, y que solamente podrá recuperar si acepta sus sentimientos a tiempo.

¿Conseguirá hacerlo antes de que otro se adelante?

Mi opinión

Esta historia es la segunda entrega del proyecto Minstrel Valley de Selecta que se inició con Si me lo pide el corazón de Bethany Bells y que reseñé en el blog.

Este romance y la trama que lo envuelve me ha gustado más que el anterior libro de la serie ya que su misión era darnos un contexto para situarnos más que mostrar una historia de amor compleja.

Aquí hallamos a dos personajes que por sus características son diferentes a lo habitual. Rómola Seymour (Molly como suelen llamarla) es una joven que lleva dos años en la escuela de señoritas de Lady Acton, fue su primera alumna y es evidente que por el tiempo que lleva allí, cree que no encontrará marido y aunque la inquiete no es algo que le preocupe en exceso. Su padre la ha educado para que sea una mujer fuerte e inteligente y por ello tiene muchos conocimientos acerca de historia antigua. Tiene unas conversaciones de lo más cultas e interesantes poco habituales en las señoritas de la regencia que incluso se podrían catalogar de indecorosas porque Molly no tiene pelos en la lengua. Me ha parecido un personaje maravilloso, por cómo se muestra, por cómo acepta su destino que ella cree solitario pero que no la entristece. Es una joven como mucha inquietud en lo que se refiere al saber pero para su desgracia muy torpe para lo que se refiere al baile que es justo lo que necesita para presentarse en sociedad. Su torpeza tiene un motivo que se explicará durante la historia pero que no hará más que acercarnos a ella y no hacer creer al lector que estamos ante una dama a la que hay que rescatar porqué sí.

Edward Hastings es un joven músico que vivía en Mistrel Valley pero se marchó por algo que ocurrió y que no ha podido superar. Sin embargo, vuelve porque su tío Lionel, profesor de baile de la escuela de señoritas, se ha lesionado y le pide como favor que haga de profesor en su lugar y como es un joven de honor y familia, acude a la llamada de su tío.

Ambos protagonistas se describen en sus encuentros como personas que no se les dan bien las palabras cuando justo a mí me ha parecido lo contrario. Sus diálogos están llenos de humor, de ironía y de dobles sentidos que arrancan varias sonrisas. Hay mucha química entre ellos desde el primer momento y solo hace que aumentar a razón de avanzar en la historia. La única pega que tengo al respecto de esta pareja es que no me acaba de cuadrar que una joven como Molly se quede sin palabras en el momento más culminante de la historia, es un recurso muy utilizado y en un personaje como el suyo no me parece muy verosímil. Debo comentar que ciertas expresiones como «No ver tres en un burro» o «¿Eres el doctor amor?» me chocaron un poco porque me parecen demasiado coloquiales y actuales para que se dijeran en aquella época, no obstante mi desconocimiento en este sentido es enorme, así que podría estar equivocada.

El elenco de personajes secundarios que rodean a la pareja es muy variopinto y divertido. Y a menudo sacan de su zona de confort a los protagonistas. Imagino que de la mano de ellos vendrán las siguientes historias de esta serie y alguno ya me tiene esperando su libro.

Es la primera vez que leo a esta autora y me han gustado mucho sus diálogos y su forma de narrar, aunque a veces por el ansia de saber de los protagonistas, sobre todo en la parte final, he sentido que se alargaba demasiado la historia. No obstante, en contrapartida, destacaría ese epílogo en el que encontramos a un Edward que nos roba el corazón.