Hasta la eternidad (Trilogía Samsarí 3) de Mía Martín

Sinopsis

Lo perdía. Era el fin.

Clavó la vista borrosa en los fieros ojos de él y experimentó un instante de absoluta lucidez.

«Esto no se acaba aquí»

Ese amor sublime que sentían el uno por el otro no moriría jamás. No había hombre o deidad sobre la faz de la tierra que contara con tanto poder. Porque su amor era infinito como las edades imperecederas de la tierra y eterno como las líneas atemporales que separaban los mundos. Porque ellos eran el uno del otro para toda la toda la eternidad.

Roberto y Michela están en el punto de mira de la organización más peligrosa del planeta, la ‘ndrangheta. En la carrera diabólica que se desatará por salvar su propia vida, Pastriani pondrá en riesgo aquello que más ama.

Sin embargo, va a contar con un aliado que no esperaba.

¿Y si el final fuera solo el comienzo?

Mi opinión

Al acabar la segunda entrega de la forma en que lo hizo, no podíamos esperar otra cosa que no fuera el meternos directamente en el meollo de la cuestión. Iniciamos la lectura en la antigua Roma, alternando la acción con la actualidad y el secuestro de Michela, destacando más si cabe la semejanza de ambas historias.

La forma en que están narrados esos instantes, con los pensamientos de Michela y los de Roberto, amén de un giro inesperado totalmente para mí, en que otro personaje cobra importancia y nos revela unos hechos clave en ese momento, nos hace estar en tensión y pendientes del relato sin ser capaces, a mi modo de ver, de hallar una salida. Y entonces nos damos cuenta que quien creíamos que nos lo iba a poner difícil, no lo hace.

Este último libro se me ha hecho corto. A pesar de que las tensiones y las emociones vividas han estado muy presentes, se notaba en la narración que se iban cerrando temas y que por ello se daba más importancia a las circunstancias y a las subtramas que a los propios protagonistas que han llegado a un punto de mayor tranquilidad sentimental.

En esta entrega se habla del amor que perdura a través del tiempo, del amor bueno, del que hace sufrir y del imposible de olvidar; del que surge sin saber cómo y crece sin saber porqué. Para mí todos ellos con sus cosas buenas y malas, han estado bien narrados desde las diferentes voces de los personajes dándoles el tono adecuado.

También encontraremos el eterno debate entre el bien y el mal y las formas poco éticas en que consiguen a veces sus objetivos. El mismo Roberto es un ejemplo de caminar al filo de la navaja en ese sentido. ¿Si nos saltamos la ley para capturar a los malos, no estamos siendo como ellos?

Esperaba un epílogo diferente. Creo que hay historias que merecían su desenlace, pero a mi forma de ver, no dentro del epílogo. Esperaba un final más de intensidad emocional, que es a lo que la autora me ha acostumbrado en estas entregas, más de conceder una alegría a nuestras almas románticas y a las de Licinia y Durato, que aunque se sobreentiende su situación, necesitamos como lectoras esa escena que nos conmueva.

He disfrutado con esta última entrega. La acción y las emociones me han golpeado en el pecho, así como todos los personajes que cada uno a su manera se llevan un poquito de mi corazón.