Y donde tú seas, yo seré (Trilogía Samsarí 2) de Mía Martín

Título: Y dónde tú seas, yo seré (Trilogía Samsarí 2).

Autora: Mía Martín.

Editorial: Selecta.

Año edición: 2019.

Sinopsis

«Dime, Michela, ¿alguna vez has tenido esa extraña sensación de acabar de encontrarte con alguien y, al mismo tiempo, sentir que lo conoces desde siempre? ¿Que estáis conectados de una manera imposible de explicar desde un punto de vista racional?

«Sí, sí, lo he sentido. Exactamente, así como lo has explicado», le hubiera respondido de no ser una cobarde.»

Desde que sus ojos se encontraron con los de Roberto Pastriani su mundo se había tambaleado. No, se le había caído encima, aplastándola. No había logrado reponerse e iba de mal en peor. Hacía más de un mes que Roberto había desaparecido de Roma. No había vuelto a saber de él desde la terrible discusión que habían mantenido en el hospital. Sin embargo, le resultaba difícil de aceptar que alguien como él, orgulloso y temerario, hubiera desaparecido por su culpa. Ese hombre encerraba tantos misterios.

«¿Quién eres Roberto Pastriani? Te presentas en mi vida, la alborotas, me destruyes y desapareces».

Mi opinión

En esta segunda parte entramos en materia mucho antes, la acción está mucho más presente ahora que las cartas ya están sobre la mesa, si bien no todas, sí las más importantes.

Lo que en el anterior libro tardó en llegar y nos dejó con un nudo en la garganta, en esta entrega se nos da a borbotones y muy rápidamente. El momento ansiado entre Roberto y Michela es mucho más físico que emocional y aunque entiendo la «urgencia» de los sentimientos nuestro corazón romántico quizá deseaba otro enclave y resolución. Sin embargo tras haber acabado el libro, creo que Roberto y Michela son así; no importa el lugar ni el cómo, solo el ser ellos mismos.

En este libro el gran protagonista es Roberto Pastriani. Le conoceremos muy a fondo y además creo que lo necesitábamos. En la primera parte le vimos como un personaje duro, arrogante, atractivo y muy intenso y aunque aquí lo siga siendo porque no pierde su esencia, también conoceremos su lado sensato, firme pero razonable, familiar y protector.

Roberto es un personaje de fuerte carisma y férreas convicciones que ha tenido unos inicios en el terreno emocional nefastos, aunque intente quitarle hierro al asunto una y otra vez. Por ello, emocionalmente se siente perdido, es un aspecto de su vida que no puede controlar, por lo menos no como consigue hacerlo con su vida profesional. Es un hombre inseguro que no sabe gestionar las emociones, le sobrepasan y pierde el control. Y eso se nota mucho al inicio de este libro y en su relación con Michela, donde se deja llevar por unos arrebatos muy viscerales y evidentemente poco racionales.

Su infancia ha sido muy dura. Nunca se ha sentido querido ni cuidado por nadie, ni ha podido confiar en quién debía protegerle. El enamorarse le hace sentir tantas cosas para las que no está preparado que en su afán por entenderlo lo único que consigue es desbordarse. Y a la vez que el amor que siente por Michela le llena el corazón y el alma, le duele porque por lo que le pasó, en el fondo, no se siente digno de su amor. Así que el amor le queda grande y solo sabe expresarse a través del sexo, tanto las emociones buenas como las malas. Es un personaje que camina en el filo de la navaja en muchas ocasiones y a mí me ha tenido comiendo de su mano desde que apareció, aunque haya querido a veces gritarle. Pero no creáis que por su forma de actuar tan a la desesperada, Michela es un personaje pasivo o muy diferente en cuanto a las emociones que él. La diferencia principal radica en que ella es capaz de gestionar ese amor y esa desesperación que ambos sienten el uno por el otro. Y es el bálsamo perfecto para Roberto al que poco a poco comprende y no juzga.

«Gracias por comprender mi alma oscura mejor que yo mismo. Gracias por no salir de aquí aterrorizada»

La trama de la mafia también adquiere especial relevancia, incluso sabremos de los inicios del capo Barreta demostrando ya mucha sangre fría a una edad muy temprana. La documentación y la ambientación vuelvo a reiterarme, como en la anterior entrega, es digna de mención. Sabremos de todos los entresijos de cada pequeño aspecto del argumento, pero en ocasiones habría preferido algo menos de información.

De quién sabremos poco es de Licinia y Durato, aunque lo que se nos cuenta hará que se pongan en marcha todas nuestras alertas. Los paralelismos entre su historia y la de Roberto y Michela son más que evidentes. No obstante el momento sentimental, es muy diferente. Digamos que mientras los protagonistas de la antigua Roma han llegado a un punto de entendimiento y serenidad, Roberto y Michela están en plena ebullición. No debemos olvidar que siguen un hilo conductor similar y aunque sean muy diferentes, tienen en común el sentimiento de pertenecerse el uno al otro. Al fin y al cabo por el desarrollo de lo que está por llegar es que ahora tienen esos sentimientos.

Así que poco a poco las piezas de ambas historias van encajando como un puzzle y llegados a un punto todo se precipita. La autora lo hace muy bien para despistarnos. Se desarrollan los acontecimientos sin pausa pero sin prisa, olvidándonos del temor que sentíamos al inicio del libro. Nos muestra la condición humana en su lado más perverso. Nos inunda el corazón con el amor y el deseo que sienten Roberto y Michela. Nos despista con amores maduros, con el inicio de otras relaciones y pasa de manera sucinta por la historia de Lukas y ese beso. Nos entretiene con la caída de máscaras de ciertos personajes y la agonía y la culpabilidad que siente Roberto por ello. Todos los hilos argumentales que se han ido enredando y desenredando, la autora los ha ido alineando cual fichas de dominó y al caer la primera, todas le siguen con una rapidez devastadora, hasta llevarnos a un final abrupto que nos deja sin aliento.

Sinceramente no se qué más decir. Roberto es un personaje arrollador que me ha despertado muchas emociones. Esta historia es dura y difícil para algunos de los personajes que salen en ella, todos tienen algo con lo que lidiar y eso la hace mucho más real. Para mí ha sido como en la anterior entrega, una novela de gran intensidad emocional que he disfrutado mucho.

Mysticnox

4 comentarios

  1. Pues creo que esta trilogía será una de las primeras que lea ya para el 2020, me llama mucho la atención, muy buen post Noe, besos y buen fin de semana

  2. Maribel Catalán Martínez

    Espero leerla el año que viene, esta y el resto de la saga, por supuesto.
    Felices lecturas para este 2020 y que tengas muchas intensas, como esta.
    Besos!

Comentarios:

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