Un conde sin corazón de Núria Rivera

Sinopsis

Para retrasar la decisión paterna de un matrimonio concertado, lady Rose Mary Lowell ingresa en la escuela de señoritas de lady Acton, en Minstrel Valley, para convertirse en una Dama Selecta y enfrentarse a su destino: un matrimonio sin amor.

El nuevo conde de McEwan, Richard Bellamy, se formó como médico porque no iba a heredar un título, pero la muerte de su hermano trastoca sus planes. Si algo tiene claro es que jamás entregará su corazón, sencillamente porque no tiene.

La casualidad hace que sea testigo de la acción desolada de una joven y se lance a ayudarla. Conocer a la ninfa a la que salvó acrecentará su deseo y es que desde el momento en que la tuvo entre sus brazos se propuso seducirla y poseerla, sin pensar en el riesgo que eso supondría.

Mi opinión

Lady Rosemary Lowell pierde a su madre y a su hermano en el alumbramiento mientras su padre se divertía con una señorita en una habitación cercana. Desde ese momento se convierte en una jovencita que carga un gran pesar y que a la vez se muestra rebelde porque hace lo que puede para enfurecer a su padre. Así que lord Kendal aconsejado por su institutriz, decide enviar a Rose a la Escuela de señoritas de Lady Acton.

Allí Rose será una muchacha muy diferente. Dejará atrás su carácter triste y solitario para ser una joven feliz con un grupo de amigas que le darán el amor que de su padre no recibe. Sin embargo no olvida las últimas palabras de su madre en el lecho de muerte, donde la animaba a buscar un matrimonio por amor, aunque sabe que su padre concretará un enlace de conveniencia.

Richard Bellamy ha estudiado medicina junto a su amigo Ian Aldrich, puesto que no iba a herdar el título de conde, pero al ser interpelado por su tía lady Conway, vuelve a Minstrel Valley y esta le informa de su nueva situación al haber muerto su hermano, pasando Richard a ser conde. Richard rechaza a su madre, a la que no ve desde niño porque lo abandonó llevándose a su hermano con ella y quedando Richard al cuidado de lady Conway. Por eso él no cree en el amor y dice no tener corazón. Sin embargo es amigo de la diversión y de disfrutar de los placeres carnales con mujeres que no le piden nada más.

Rose recibe una carta de su padre informándola de que ya ha concertado su matrimonio, tras esta terrible noticia decide internarse en el lago Minstrel y acabar con su vida, sin embargo Richard la estaba observando y decide salir en su ayuda y rescatarla de las aguas.

Esta novela ha sido para mí más una atracción y un despertar al deseo sexual y al anhelo que una historia de amor en sí. Así como la química sexual y la pasión, las miradas y los roces, esa intensidad está muy bien conseguida, el amor para mí no ha estado presente hasta casi el final del libro. Quizá porque el enamoramiento de Rose me ha parecido precipitado y me ha resultado más creíble la evolución de Richard en este aspecto.

La narración consigue llevarte de la mano por el pueblo de una forma que pareces estar paseando por él. Se hacen referencias a filósofos, a los avances en la forma de actuar de los médicos con respecto al lavado de manos y se hace especial hincapié en La liga de las mujeres donde se empezaba a debatir sobre lo que las mujeres querían y despertar así conciencias…

Es una historia más tranquila que las dos entregas anteriores porque no hay quizá agentes externos que imposibiliten ese amor y que le den ese punto de intranquilidad al lector y lo atraigan. De todas formas Rose y Richard son unos personajes que se hacen querer y que junto con los secundarios conforman ese maravilloso elenco que hace de esta serie una buena lectura y que siempre nos hacen desear leer el siguiente libro.