No son molinos, ¡son Highlanders! de Norma Estrella

Sinopsis

Valentina es alumna de primer curso en la Universidad Internacional Don Quijote. Su pasión por la lectura hace que consiga el puesto de becaria en la biblioteca, donde revoluciona las costumbres de la bibliotecaria jefa creando un club de lectura virtual: Las Pícaras Molineras.
Pero no es la única revolución que tiene lugar durante el curso. Miguel, un guapísimo estudiante de psiquiatría que está realizando su tesis doctoral sobre el Síndrome de don Quijote, se siente muy atraído por ella, aunque Valentina no tiene claro si la ve como a una mujer o como a un conejillo de indias.
La llegada de Ian, un estudiante escocés de intercambio, hace que la vida de Val se complique de un modo muy interesante. ¿Se quedará Valentina de la Mancha con el psiquiatra que la vuelve loca o se convertirá en Valentina de las Highlands?

Mi opinión

He de reconocer que no soy dada a leer novelas con demasiado humor y como muchas veces ocurre, me equivoco. Cierto es que me gusta intercalar subgéneros en mis lecturas porque creo que así no se encasilla una tanto y se sale de la zona de confort, como se suele decir. Cierto es también que he leído libros traducidos por Norma Estrella y sinceramente no me parecía justo no haber leído nada suyo, después de lo encantadora que es en las distancias cortas. Así que tras preguntarle a ella misma por dónde empezar en su bibliografía, y como es normal no pudo decidir entre ninguno de sus “hijos”, me decanté por esta historia llena de locuras de amor.

En este libro tenemos tantas formas de amor como de personajes. Aquí no solo se habla del amor de pareja, sino del que existe entre padres, madres e hijos, entre compañeras de trabajo e incluso del que hay entre las personas que comparten una afición como es la lectura y en este caso concreto, entre las lectoras de romántica.

Se nos narra en tercera persona, las historias de amor de Missy y Valentina. Para mí ninguna de las dos ha tenido más peso que la otra dentro de la trama, aunque la que más me haya gustado es la de Missy, quizá porque está más cercana a mi edad y porque su co-protagonista, Alonso, me ha robado el corazón, que todo hay que decirlo.

Val es una joven universitaria en su primer año de carrera que empieza a trabajar como becaria en la biblioteca del campus. Y la bibliotecaria jefa es Missy. Ambas congenian a la perfección y se crea un vínculo entre ellas muy fuerte iniciado por el amor a lectura de novelas de romántica. Me he sentido identificada con Val sobre todo por el entusiasmo con el que vive las lecturas románticas, muy parecido al mío. Ella cree en ese amor romántico, apasionado, que te quita el aliento y no se quiere conformar con menos. Y se topa con Miguel, un psiquiatra escarmentado del amor y que está haciendo una tesis sobre el síndrome del Quijote. Val creerá que solo es un sujeto de estudio para la tesis de Miguel y a pesar de sus temores no podrá resistirse a él. Quizá un highlander universitario, lo máximo en maromos románticos, le haga pensar que lo que le ofrece el psiquiatra no es amor de verdad…

Missy tiene 43 años y está divorciada. Rompió con su marido y por ello fue muy criticada por su familia para la que las apariencias lo son todo. Sus hijos están viviendo con su padre en EEUU y sabe que tomó la mejor decisión. Ahora es libre para poder hacer lo que quiera, pero en el fondo se siente sola. Cuando Alonso aparece en su vida vuelve a sentirse viva pero le aterra la diferencia de edad y lo que la gente pensará de ellos. Alonso tiene 26 años y lo bueno que diga de él se queda corto, así lo siento. Tiene un saber estar con Missy, que la conquista a ella y a nosotras también. Es divertido, atento y siempre le demuestra lo que siente por ella. El erotismo, la complicidad y la pasión de esta pareja, junto a su sentido del humor, nos demuestra una vez más que las barreras están en nuestra mente y que para disfrutar hay que dejarse llevar.

En este libro encontramos también denuncia social, porque se tratan muchos temas peliagudos. Se habla del mundo de la romántica, de las enfermedades mentales, de la salud de nuestro sistema sanitario, de las diferencias sociales… todo siempre desde un punto de vista optimista y con mucho sentido del humor.

Esta novela es un guiño a las mujeres de más de 40, siempre relegadas a ser las madres, las amigas, las hermanas pero muy pocas veces las protagonistas de novelas románticas. Como si a cierta edad ya no se tuviera derecho al amor ni al sexo salvaje (¡Maravilloso Alonso!) Bravo por ser valiente Norma Estrella y presentarnos una pareja que a pesar de su diferencia de edad vive su amor plenamente.

Esta novela es un canto a abandonar los miedos que nos impiden disfrutar, por el miedo al qué dirán. En definitiva es un canto a la VIDA.

“Amar sin medida es lo único cuerdo que podemos hacer en esta vida loca”