«Un viaje por tus sentidos» de Megan Hart

MI SINOPSIS:

Elisabeth es un mujer adulta, con su vida hecha y un trabajo que le agrada en la galería de arte de su amigo Naveen. Un día en una de las exposiciones conoce a Will, el artista que presenta sus fotografías en ese momento y comprenderá que la vida que hasta entonces ha conocido no es la que quiere.

MI OPINIÓN:

Cuando compré este libro no sabía lo que me iba a deparar o mejor dicho creí que sería otra cosa. La sinopsis de la contraportada me llevó a engaño, porque no es más que parte de un capítulo del propio libro. Pero no quiero que penséis después de esta explicación que esto ha sido negativo, sino todo lo contrario, para mí este libro ha sido un grato descubrimiento que intentaré transmitiros sin hacer spoilers.

Elisabeth es una mujer de 45 años, casada desde hace 20 y con dos hijas. Aquí vino mi primera sorpresa, porque no se menciona en ningún sitio y me gustó porque, (y esto es un punto negativo que tiene la romántica), parece que si se pasa de cierta edad ya nadie se enamora ni vive intensamente y se contempla muy poco en los libros que se publican actualmente.

Nuestra protagonista tiene una curiosa forma de ver el mundo, algo que afecta a sus sentidos, que no os explicaré, pero que hace que aprecie las cosas de otra manera y aunque su familia lo sabe, no acaban de comprenderla y no se siente cómoda hablando de ello con nadie, con nadie excepto Will, claro. Cuando se conocen congenian rápidamente, aunque Elisabeth intenta huir de esta conexión cuando se vuelve intensa y física también.

A mí nunca me ha importado si la narración de un libro es en primera persona, tercera o narrador omnisciente, siempre y cuando me haga sentir lo que leo y me imbuya en la historia.

Pues bien, aquí la historia está narrada en primera persona y creo sinceramente que no podría haber sido de otra forma. En este libro nos interesa saber lo que siente ella, lo que piensa y no dice y lo que dice y no piensa, para poder comprenderla. La narración al principio no resulta sencilla, se toma su tiempo para que conozcamos a la protagonista y su forma de actuar, pero esta ligera dificultad dura muy poco porque enseguida quedas atrapada en la lectura.

Elisabeth nos va desgranado poco a poco su vida tanto de cosas pasadas en su juventud que marcan su presente, como de su vida matrimonial, en la que el desgaste y la rutina hacen mella en ella. Siente que no tiene nada en común con su marido pero la vida la arrastra a seguir en un círculo del que si bien quiere salir no tiene claro cuándo ni cómo.

La relación que establece con Will empieza por el sexo y aunque ha sido una conexión maravillosa, sabe que no puede continuar haciéndolo porque está mal. Pero a medida que pasa el tiempo, quedan a comer, a ver museos, le ayuda mientras hace sus fotografías y cada vez se le hace más duro volver a casa con un marido al que no la une nada más que sus dos hijas. La complicidad sexual con Will la abruma pero lo que más la inquieta es la complicidad sentimental, la del alma, la que le une a él.

No es una historia de infidelidad sin más, cuando descubre que ama a Will, lucha contra ello y nos sumimos en un dolor desgarrador, puesto que ella no quiere hacer daño a nadie, pero de todas formas alguien siempre va a sufrir. He empatizado con la protagonista de tal forma que, ni siquiera cuando lo tiene fácil para declarar sus sentimientos y mandarlo todo a tomar viento e intentar ser feliz, mi lado de lectora romántica se ha enfadado. Entiendo que el final da pie a interpretaciones porque no está todo dicho. Sin embargo, lo que se dice es muy revelador.

Es una novela que me quedará en el recuerdo por las emociones que me ha hecho sentir y porque es tan real como la vida misma.