«Pecadores: Desafío» de Olivia Cunning

MI SINOPSIS:

Sed Lionheart, el vocalista de Sinners (Pecadores), no es el mismo desde que Jessica, la única mujer de la que se ha enamorado y a la que pidió en matrimonio, le dejó. Sin embargo y a pesar de sus continuos escarceos, no ha podido olvidarla.

Jessica Chase, tras romper su relación, inicia la carrera de derecho, pero necesita dinero para poder seguir estudiando, así  que decide trabajar en un club de striptease. Club al que acude Sed para la despedida de soltero de Brian, el guitarrista del grupo. Al reencontrarse se aviva la llama de la pasión que tenían en el pasado. Acuerdan tener solamente encuentros íntimos, porque no pueden evitar sentirse atraídos, pero nada de amor. ¿Será eso posible?

MI OPINIÓN:

Empecé «Pecadores: Desafío» con muchas ganas porque el primero de esta serie me gustó bastante y Sed, el vocalista, tenía muchos puntos atractivos para ser un buen protagonista y que su historia resultara interesante, pero como siempre que se ponen muchas expectativas en algo, el resultado acaba siendo decepcionante.

La historia empieza con la ruptura de los protagonistas, hecho que da un punto interesante para  que el lector se enganche y se pregunte cómo hará la autora para volverlos a juntar. Pues bien, los junta en un club de striptease al que acude nuestro protagonista masculino para celebrar una despedida de soltero, hasta aquí todo bien. Lo que no me parece tan normal, es la facilidad con la que nuestra protagonista femenina empieza a  trabajar en ese club. Es una decisión que toma sin poner ninguna objeción al respecto y parece que ni tan siquiera se lo piensa dos veces. Ahí empezó mi primera pega con el libro, pero la dejé pasar para darle una oportunidad a la historia.

Evidentemente, se crea un altercado en dicho club porque Sed no quiere que nadie vea a su ex-novia en esas lides. Así que Myrna, la protagonista del primer libro de la serie y futura esposa del guitarrista Brian Sinclair, contrata a Jessica para que la ayude en el estudio de campo que lleva a cabo y así deje el striptease, sin embargo sus intenciones son claramente unir de nuevo a Sed y a Jess.

A partir de aquí se inicia una maratón de encuentros íntimos en plena calle, en lo alto de un edificio público, etc. En los que, si bien se refleja muy claramente la atracción de los protagonistas, se muestran un sin fin de posturas sexuales a cual más enrevesada que la anterior. Supongo que en un intento de no aburrir al lector, sin embargo lo único que se consigue es empacharlo con tanto sexo sin sentido.

A pesar de eso, aparecen tramas subyacentes con los miembros de la banda, que te hacen continuar leyendo e interesarte por las historias de sus integrantes.

Sinceramente me ha costado ver el amor que se profesa esta pareja, aunque se empeñe la autora en intentar metérnoslo en la cabeza mediante los pensamientos de los protagonistas. Está muy clara la atracción sexual y que se entienden a la perfección en este campo, pero  hacernos creer que Sed va a conseguir que Jess tenga diez orgasmos seguidos (sí, lo habéis leído bien) me parece que es pasarse.

No me ha convencido el libro. No me ha gustado. Esperaba mucho de Sed, porque aunque sabía que esta entrega de la serie iba a ser más subida de tono que la anterior, las escenas me parecen algunas inverosímiles y no me han sabido transmitir nada que no fuera el sexo por el sexo. En otro tipo de libros me parece bien, pero no en uno en el que supuestamente se arrepienten de haber dejado escapar a su media naranja y se nos intenta hacer creer que recuperarla a base de “polvos”, sin a penas hablar de los errores del pasado, es la mejor forma.

Resumiendo, si queréis un libro en el que encontrar posturas sexuales acrobáticas y fantasear con orgasmos que no acaban, esta historia es para vosotros. Pero si como yo, buscáis una trama interesante, unos protagonistas que te hagan creíble su historia, un romance con escenas eróticas que tengan sentido dentro del argumento y no sean clases de gimnasia, definitivamente buscar en otra parte.