«Átame y juega conmigo» – ¡¿Perdona?!

Fantasías sexuales y novelas eróticas¿Os imagináis llegando a casa con un kit completo de BDSM o buscando por internet clubs de swingers? (Sí, vale, puede pasar, el ser humano es curioso por naturaleza) además por mirar no pasa nada… Pero, ¿Y diciendo: » -Cariño quiero ser tu sumisa y que me azotes con látigos y palas? «- Amor he pensado que este sábado en lugar de ir al cine podríamos ir a un club de swingers y acostarnos con otras personas.» Pues bien, si te va ese rollo perfecto. Cada uno disfruta del sexo como le da la gana (o como le dejan).

¿Pero qué pasa cuando la curiosidad viene movida por una novela erótica? No eran prácticas sexuales que entraran en nuestros planes hasta que lo hemos leído, nos ha llamado la atención y hemos pensado que sería estupendo experimentarlo. (Pausa)

Que leer reporta inmensos beneficios nadie lo duda. Como cualquier lectura en general, la novela erótica no iba a ser menos. El boom de «50 sombras de Grey» o la trilogía «Pídeme lo que quieras», entre otros, avalan numerosos estudios sobre el aumento de la líbido tras leerlos. Nunca se había hablado tanto del sexo que nos gusta a las mujeres hasta ahora. Como lectora voraz de ambos los recomiendo, claro que sí. Ambos tienen todo un ejercito de seguidoras (yo una de ellas) que se mantiene al día de todas las noticias y opiniones que surgen al respecto. Y es ahí donde voy a parar.

Últimamente me siento un tanto extraña dentro de dichos grupos. ¿Quién no ha fantaseado con Christian o Eric? Son guapos, ricos y sobretodo están locos por Ana y Judith, respectivamente. Harían cualquier cosa por ellas y ellas por ellos, como entrar en el cuarto rojo del dolor o acudir a clubs de intercambios de pareja.  He dicho FANTASEAR. De ahí a que me peguen… dentro de un contexto sexual, o compartir a mi pareja… pues no, no me veo. Gran cantidad de mujeres del grupo intentan convencer a sus respectivos para acudir a dichos sitios e iniciarse en estas prácticas sexuales. A algunas les hace falta insistir a otras no…

Seamos sensat@s. Es mi opinión, única y exclusivamente. Veo un problema de expectativas. ¿Qué posibilidades hay de encontrarte a un «Christian Grey» o un «Eric Zimmerman»? ¿Alguna se habrá a parado a pensar en las consecuencias? Porque puede ser una experiencia satisfactoria para la pareja, en cuyo caso perfecto. O para uno de los dos, entonces ya no está tan bien. O ser un completo desastre, peor para ambos.

Os recuerdo que no hablo de aquellas personas que practican habitualmente este tipo de juegos. Si no de las que con las expectativas igual de subidas que la líbido deciden «arrastrar» a su pareja.

Dicho esto, sólo he pretendido poner un poco de sensatez al tema. Cada uno es libre de vivir el sexo cuándo, cómo y dónde le de la gana. Pero sin forzar las cosas, porque entonces deja de ser excitante, divertido y sobretodo satisfactorio.

 

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